Siempre he encontrado muy interesante que muchos estrategas,
muy capaces para tener clara la estrategia para su empresa, no tienen elaborada
formalmente su estrategia de mediano y largo plazos. Su estrategia, la de su
propio desarrollo como profesionales y como estrategas. Y me parece extraño
porque precisamente es la estrategia personal la que debería ir en primer
lugar. Personalmente me cuesta trabajo creer en alguien de quien me digan que
es muy buen estratega y que opere en sus asuntos personales de una manera
improvisada.
Estos días de final de año, entre la Navidad y el Año Nuevo,
y los primeros días del siguiente año podrían ser momentos propicios para
revisar nuestra visión a futuro. Estos días donde la clientela normalmente no
nos requiere, cuando las actividades bajan su ritmo y que muchas veces
aprovechamos para un muy bien merecido descanso, nos podrían dar la serenidad y
el espacio para una reflexión sin prisas. Obviamente, no tiene nada de mágico
estas fechas. Si a usted le parece muy adecuado hacerlo a mediados de febrero o
en agosto, no importa. Con tal de que tenga el espacio y la tranquilidad para
hacer esta tarea.
Empecemos por revisar nuestra visión. La visión de nuestro
futuro profesional, ¿ha cambiado? ¿Hay algunos hechos de este año que está
terminando que cambien nuestra visión
del futuro? La situación que preveíamos como deseable a mediano plazo, ¿sigue
siendo válida? El asunto aquí es analizar y en su caso actualizar nuestras
previsiones.
Con esta visión ya redefinida, hay que establecer los dos o
tres objetivos estratégicos a largo plazo, por ejemplo, al año 2021. Objetivos
sistémicos, que abarquen lo fundamental de nuestra actividad profesional.
Objetivos que se irán cumpliendo a lo largo de los próximos cinco años. Una vez
establecido estos, habrá que establecer los objetivos de corto plazo, en
particular los del año 2016. Hay que cuidar de establecer objetivos de corto
alcance que vayan contribuyendo al cumplimiento de los objetivos de largo
plazo. Probablemente, por cada objetivo estratégico tendrá usted que establecer
dos o tres objetivos de corto plazo. Y, por supuesto, tanto para los objetivos
de largo plazo como los de corto plazo habrá que establecer los indicadores de
su cumplimiento y las metas numéricas.
Lo que sigue es establecer su plan de actividades para el año
próximo, mismas que contribuirán al cumplimiento de los objetivos de largo
plazo y de corto plazo. Hay que asegurarse de que ningún objetivo se quede
"huérfano": cada objetivo tiene que tener una o varias actividades
para asegurarse de que puede construirse un programa de trabajo para
desarrollarlos.
Por otro lado, hay que verificar que los objetivos
estratégicos estén debidamente soportados y descritos. Hay que asegurarse de
que se tienen o se pueden construir las ventajas competitivas para llevar a
cabo esos objetivos. Es decir, que exista una estrategia. Entendiendo por
estrategia en modo como cumpliremos los objetivos sistémicos y de largo plazo.
De cada estrategia tendremos que asegurarnos que tiene su lógica económica,
estén establecidas sus campos de actividad (arenas), que estén establecidos los
diferenciadores que le permitan a ustedes destacar en su campo, tener claro
cuáles son los medios para llevarla a cabo (recursos propios, alianzas,
asociaciones, compra de negocios o de actividades, etc.) y que está claro el
orden en el que llevará a cabo su estrategia, de acuerdo a las prioridades que
usted haya establecido.
Finalmente, vale la pena que usted revise su FODA.
Seguramente ya ha hecho este ejercicio, pero es posible que a lo largo de este
2015 que está acabando, usted haya encontrado que se hayan generado
oportunidades diferentes y amenazas que no existían. Por otro lado, con toda
seguridad usted ya ha desarrollado nuevas fortalezas o ha descubierto nuevas
debilidades. Vale la pena asegurarse de que este análisis está al día. Y
establecer los dos o tres puntos de palanca, mayormente las combinaciones entre
sus fortalezas y sus oportunidades, que son el sustento de su estrategia.
No estoy diciendo nada nuevo. Solamente recordándole a usted
la necesidad de tener una estrategia concreta. No se trata de algo muy
elaborado, pero sí debe ser algo formal. No se trata de un PowerPoint con
grandes gráficas y hermosas ilustraciones. Puede ser algo hecho en un cuaderno,
a lápiz, pero con lo mejor de su talento estratégico. Después de todo, sus
capacidades, su sentido estratégico, son lo que construye el diseño de su
futuro.
No lo deje para después. No diga "qué buena idea, a ver
cuándo tengo tiempo para llevarla a cabo". Acuérdese de aquel viejo dicho:
"lo mejor es enemigo de lo bueno". No se angustie por llegar a la
perfección. No se preocupe por hacer un trabajo verdaderamente exhaustivo. Lo
importante es que se tenga ideas claras de hacia dónde quiere llegar y cuáles
van a ser los medios que usted va a poner para cumplir con su visión.
Les deseo a todos ustedes, estimados estrategas, excelentes
logros en su profesión en este año próximo. No les deseo suerte, porque estoy
seguro de que no la necesitan. Un fuerte abrazo y nos seguiremos viendo en éste
blog.