El pasado 16 de Diciembre el Sistema de la Reserva Federal
de los EEUU, dio una noticia que podría ser la noticia estratégica del año. Por
primera vez desde 2006, anuncia un aumento de la tasa de interés de referencia,
la tasa a la que se le presta a los bancos. El aumento es modesto, un mero
0.25%. Prácticamente al día siguiente, el Banco de México hizo exactamente el
mismo incremento en las tasas, con el argumento de evitar, mediante ese aumento,
la fuga de capitales.
El razonamiento para el aumento de tasas en EEUU es la
mejora modesta, pero real de la economía de ese país. Una mejora de alrededor
del 2%, un aumento del empleo, con la creación de aproximadamente 200,000
empleos mensuales y una tasa de inflación moderada, fueron los argumentos
citados. Se insistió en que esto está a prueba y que podría haber nuevas
variaciones en cualquier sentido. Así, la tasa de referencia, que era de entre
0% y 0.25%, será ahora de entre 0.25% y 0.50%.
La reacción al cambio ha sido moderada. El día del anuncio,
el índice SP500 subió a 2075, mientras que el día 15 estuvo en 2043; en los
días siguientes hubo una baja y el índice cerró el día 18 en 2006 y empieza
esta semana con un aumento que lo lleva a 2015.
Este comportamiento es influido por múltiples factores, así que es
difícil decir si estos movimientos son debidos únicamente al cambio en la tasa
de referencia. Pero este anuncio sí termina una larga época de especulaciones
en los índices de las bolsas, que se paralizaban en cada reunión de la Reserva
Federal, esperando movimientos bruscos.
¿Cuáles son los efectos en el sector real de la economía? En
un plan de escenarios, las posibilidades podrían ser estas:
- A mayor costo del dinero, menos interés en invertir en las empresas. No hay mucha diferencia, pero alguien que estuviera midiendo la viabilidad de un nuevo negocio que estaba en el borde de su TIR aceptable, podría tener que hacer un riguroso análisis de sensibilidad y plantearse no hacer la inversión.
- Una baja en las utilidades, al incrementarse el costo financiero. Otra vez, dependerá de cada caso. Empresas como Phillips Morris, Apple o Starbucks con utilidades en el orden de 30% sobre su capital contable, escasamente lo notarán. Empresas como Amazon, que en sus mejores trimestres ha tenido utilidades de menos de 1% sobre su capital, si se verán afectadas
- Para algunos inversionistas particularmente adversos al riesgo verán interesante comprar bonos del tesoro de EEUU. Si esos bonos estaban dando 2.55% anual a 20 años, ahora darán 2.80% al mismo plazo, o un poco más, dependiendo de las necesidades del Gobierno de EEUU. Eso podría reducir un poco el dinero disponible para invertir en Bolsa, pero al ver que el aumento de tasas fue muy pequeño, inversionistas que sacaron su dinero de la Bolsa podrían regresar.
- Un posible aumento de la inflación, moderado según espera la Reserva Federal. Lo cual, si no se sale de control, podría estimular un poco las compras, adelantando algunas antes de que la inflación encarezca lo que se va a comprar.
- El mayor costo del dinero podría estimular el lanzamiento de acciones en Bolsa, para financiar el crecimiento de las empresas.
Todo esto es teoría. A esto habrá que agregar los
imprevisibles, las expectativas, los miedos y otros factores más.
En mi opinión, y no soy economista para afirmarlo, es
posiblemente un intento, que pudiera ser el último, de tratar de administrar la
economía mediante medidas financieras y monetarias. Japón lleva décadas con
intereses muy bajos y esto no les ha ayudado a reactivar su economía. Europa ha
hecho lo mismo, y tampoco se ven resultados espectaculares. Incluso con tasas
de referencia negativas (cobrando a los depositantes en vez de pagarles
intereses) no se ve una mejora.
Resolver el invierno demográfico permitiendo inmigrantes en
los países envejecidos o escasamente poblados. Como hizo EEUU en el siglo XIX,
como intenta hacer Canadá, como hace Australia. Así mejoraron Suecia, Irlanda e Italia cuando
aliviaron su situación de pobreza mediante las grandes emigraciones. Como, de
hecho, lo hace México: imagínese nada más a nuestro campo, empobrecido y con
escasas oportunidades, que tiene actualmente aproximadamente 24 millones de
habitantes y que tuviera los otros 10 millones que han emigrado a EEUU. Sería
una situación de hambruna gravísima. Y que además no recibieran anualmente algo
como 25,000 millones de dólares en remesas familiares, como 1000 dólares per
cápita o 200 salarios mínimos per cápita al año.
Ojalá tengan efecto estas medidas. La propia Reserva Federal
dijo que la medida es flexible y que están preparados para modificarla, si se
requiere. Algunos expertos dicen que la tasa normal de referencia debería de
ser de 2% anual. O sea que, aún con los incrementos actuales, están muy lejos
de ese nivel. Claramente hay que hacer algo diferente. Hacer lo mismo que lo
que se ha venido haciendo desde 2006-2007 dará, muy probablemente, el mismo
resultado de crecimientos mediocres que hay actualmente en la economía mundial.
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