En términos generales, rara vez enfocamos
la estrategia desde el punto de vista de los grados de libertad que tiene una
empresa; sin embargo, éste es uno de los frutos fundamentales de una buena
estrategia.
Esta libertad tiene como esencia
el número de opciones disponibles para una empresa. Cuando la estrategia de la
empresa consiste en copiar las estrategias de otros, cuando la empresa no tiene
ninguna ventaja competitiva significativa, sus grados de libertad son muy
pocos. La estrategia del "yo también" significa que no se dispone de
un posicionamiento claro, que tiene que competir contra los que establecieron
la estrategia (y que, por lo tanto, la conoce mucho mejor que la empresa), que
su empresa no tiene la misma experiencia de otros que llegaron antes a ese
mercado. La pregunta clave, en tal caso, es: ¿por qué habrían de preferir los
clientes a su empresa?
En esta situación, a la empresa
generalmente sólo le queda una opción: ser más barato que los demás, es decir,
sacrificar las utilidades. Una empresa que tiene ventajas competitivas claras,
generalmente tiene varios posibles resultados: mejor costo, diferenciación, un
posicionamiento claro, posibilidades de sinergia, construcción de barreras.
Todos ellos se convierten, generalmente, en mejor costo o la posibilidad de que
los clientes estén dispuestos a pagar mejor de lo que pagan a los demás. Si es
el caso, la empresa tiene mejores utilidades que el promedio y, con esas utilidades,
tiene la libertad de invertir en capacitación, en mercadotecnia, en desarrollo de
nuevos productos, en mejor servicio, en capacidades de logística y en muchas
otras cosas más. Tiene muchos grados de libertad. Cuando la empresa no tiene
ventajas competitivas, no dispone de los recursos necesarios para desarrollar
todas esas capacidades. ¿Qué puede hacer? Tomar dinero de otros negocios más
rentables, endeudarse, aliarse, ofrecer acciones en el mercado, opciones todas
ellas que le dan dinero para continuar, pero que no le generan por sí solos una
ventaja. A largo plazo, no son sostenibles.
¿Puede pasar su estrategia en la
prueba de los grados de libertad? Es algo muy importante. Revise su estrategia
bajo esta óptica; es importante que su empresa siempre tenga opciones, que no
esté atada a un plan único. Toda estrategia puede fallar, su estrategia
requiere cambiar para adaptarse a las condiciones del enfrentamiento competitivo.
Una estrategia que no deja grados de libertad, es demasiado rígida y, por lo
mismo, muy riesgosa. A menos que usted piense que nunca se equivoca, déjese
siempre la posibilidad de crear planes de contingencia. Y para ello se necesita
tener interconstruida en su estrategia la flexibilidad que le dan los grados de
libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario