Por muchas razones, me toca revisar o conocer estrategias
elaboradas por diferentes empresas. Con frecuencia me encuentro que las estrategias
que se proponen son un listado de buenas prácticas. Lo cual parece tener
sentido. Si seguimos las buenas prácticas, estamos del lado de lo seguro, de lo
probado, de lo que ha funcionado. ¿No es así? Bueno, yo estoy del lado que
no cree que así se deba construir una
estrategia. Déjeme decirle por qué.
Lo primero es el concepto de la estrategia. Más
allá de una definición de diccionario, es importante el concepto militar y de
negocio del término. Entendemos por estrategia las ventajas competitivas sistémicas
y de largo plazo. Las buenas prácticas son las que siguen los líderes,
el consenso del mercado. Si usted las tiene, tiene ventajas sobre los
competidores malos, pero no sobre los competidores mejores. Es un poco como el Benchmarking. Si usted busca legar al Benchmark del líder, solo logra ser un
buen seguidor. Claro, no falta quien diga: “pero no hay muchos que llegan a las
buenas prácticas”. Cierto, pero si el mercado las exige, todos las van a tener.
Y, además los verdaderos estrategas estarán buscando crear nuevas ventajas, sin
dejar de cumplir con las buenas prácticas.
Algunos
ejemplos. Uber no nace de adoptar
buenas prácticas de los sitios de taxis. Crea nuevas ventajas competitivas que
se salen de las prácticas de los demás competidores. El Cirque du Soleil no adopta
las buenas prácticas de otros circos o del teatro de revista. Su ventaja es
hacer las cosas de un modo diferente, un modelo de negocio distinto, difícil de
copiar y que ha dado ventaja por años.
El concepto de
Buenas Prácticas nace en la manufactura y en alguna medida en las casas de auditoría
donde se aseguran que las empresas siguen las reglas generalmente aceptadas. En
la manufactura uno es, en cierta medida, esclavo de Mamá Naturaleza. Y, además,
ahí el orden de los factores sí afecta al producto. Hay un modo mejor de hacer
las cosas. Pero en otros campos de los negocios, eso no es así. Sí hay buenas
prácticas en lo operativo, pero en lo estratégico, el ser impredecible, salirse
del cuadro es uno de los modos de generar estrategias ganadoras.